martes, 15 de febrero de 2011

El signo de lo hispano: Ulises

Nacemos bajo los auspicios de comadronas y ginecólogos algunos controladores de natalidad,
menos mal que a muchos no los vendieron y sus padres pudieron disfrutar, con mucha preocupación, de sus hazañas; fueron trescientos mil.
Después, caímos en manos de los educadores del Régimen y controlaron nuestra educación bajo los lemas del Nacional-Catolicismo, y tuvimos suerte de librarnos del rapto, del hospicio, de la pederastia eclesiástica o no y del Auxilio Social; fueron doce mil.
Pero se sufrió para superar educación tan decadente y cruel.
Más tarde, los controladores de la Paz nos obligaron a manejar las pistolas que tanto daño hicieron a las familias con las tragedias que ocasionaron; algunos se libraron de las cunetas, aunque los Objetores de conciencia fueron a parar a la cárcel; los que cayeron también fueron centenares de miles.
—Mi esposa dice que, dada su presumible ideología política y religiosa, quizás prefirieran seguir junto a sus compañeros muertos en las cunetas por los ideales compartidos, y que nosotros deberíamos de respetar esas cunetas elevándolas a la categoría de monumento a la humanidad y llenarlas para siempre de flores y jardines en su recuerdo—.
A renglón seguido ingresamos en el sufrido gremio de los asalariados y los controladores financieros que, con sus préstamos e hipotecas, manejaron los salarios y nos pusieron a trabajar para ellos; ahora somos millones.
Pasadas unas décadas nos jubilamos y los controladores de la jubilación con sus fondos de inversión ,puede leerse por ejemplo Forum Filatélico, rapiñaron nuestros ahorros cuando ya somos nadie y no hay posibilidad de recuperar con más trabajo lo perdido; también se cuentan por centenares de miles.
Y cuando comenzamos a disfrutar de decir lo que nos da la gana y sin miedo, se nos ocurre gritar como el cíclope herido y ciego de Ulises:
«¡Nadie¡, ¡el responsable de los quebrantos fue Nadie¡» y, como al cíclope, no nos hacen ningún caso y, como Ulises, los financieros repletos de plata escaparon con la argucia de la Justicia también herida y ciega como el cíclope.
Ahora, cuando hemos conseguido reahorrar unos euros para disfrutar unos días, vienen los controladores del trasporte, cierran el espacio aéreo y nos encierran en las cuadras del aeropuerto con la intención de desprestigiar a un país en aras de no sé qué derecho, o aún peor, para ganar unas elecciones y controlar un país con neoliberalismo fracasado y trasnochado. Parece que irán a la cárcel y devolverán con su patrimonio lo desbastado y esquilmado.
Ya veremos, porque si nos fijamos en los controladores de más enjundia que han perjudicado mucho más y durante toda la vida como los de la paz, los financieros, los de la educación y sexo etc. que hoy ocupan grades palacios o disfrutan de los paraísos fiscales por causa del grito: ¡Fue Nadie¡, resulta que son muchos “Nadie” de Ulises los que gritamos al cabo de nuestra vidas para que los controladores de Todo escapen de la Justicia.
Los del transporte, por decir algo, podrían transitar este conocido y trillado camino.
Dinero tienen.
El control es del Pueblo y lo delega en su Parlamento y Gobierno y, como se ve, están agobiados de trabajo para llevar a las cárceles a los controladores en los que no se ha delegado potestad alguna y, aún insatisfechos, quieren más y de mejor calidad.
Como dicen los del fútbol: «¡A por ellos¡».
Pero ojo, curemos antes la ceguera del cíclope y nunca jamás en el Año Nuevo que estrenamos gritemos: «!Fue Nadie¡», para que nuestros Controladores no puedan escapar de la sanada Justicia del buen ogro que nosotros somos. Sea Paz.



Rafael Ruiz

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